viernes, 16 de diciembre de 2011

Las especificidades de la banca islamica


En unos tiempos donde la banca tradicional sufre unas de sus mayores crisis que la obligan a reinventarse, está tomando mayor relevancia un sistema financiero propio de los países árabes, que empieza a expandirse a todo el mundo: La Banca Islámica. Durante este artículo vamos a realizar un primer acercamiento al funcionamiento de este particular sistema financiero, como conjuga la religión con las finanzas y las principales fortalezas y debilidades de esta unión.  La Banca islámica  hace referencia a un sistema de banca que debe respetar  los principios de la ley islámica (Sharia). La ley islámica prohíbe la usura, los intereses y la especulación, de modo que para poder entrar en el negocio bancario se han ideado fórmulas que ofrecen servicios de crédito e inversión parecidos a los de un banco tradicional, pero con menores riesgos y menor margen de beneficios. Se han ideado fórmulas que impulsan el concepto de responsabilidad compartida de riesgos y ganancias entre el cliente y el banco y en la que cualquier transacción tiene que estar respaldada con activos reales. Los bancos islámicos tienen vetada la inversión en ciertos negocios como la pornografía, el juego, el alcohol, el porcino y el tráfico de armas. Los principales productos y características que se utlizan en la banca islámica son los siguientes:

Murabaha. Es una operación comercial, contrato de compra-venta, que realiza el banco, comprando un producto en base a la demanda de un cliente, para revendérselo con un margen de ganancia preestablecido. El cliente deberá pagar el precio acordado dentro de un plazo. Hay controversia sobre la utilización de este instrumento al no considerarlo totalmente islámico, y muy parecido a la banca comercial, dado que los intereses están implícitos en el sobreprecio. Es el sistema de financiación más utilizado dentro de la banca islámica, por su menor nivel de riesgo.

Musharaka: Es similar a las empresas por acciones. Constituye la participación conjunta del banco y el empresario en el capital de una empresa o proyecto. El banco recibe un porcentaje preestablecido de los beneficios de la sociedad/proyecto, pero también participa en el mismo porcentaje de las pérdidas. Ambos socios participan en la gestión del proyecto. La no diligencia en la gestión del proyecto implica la asunción de las perdidas por la parte negligente. Dada las características del producto, el análisis previo de la vialidad del proyecto es esencial para garantizar el éxito y disminuir riesgos

Mudaraba: Es una variante al contrato de Musharaka donde una parte llamada Rabbu (banco) aporta todo el capital y la otra llamada almudarib  sólo trabajo. El socio capitalista no puede participar en la gestión de la empresa.  El socio capitalista soporta la totalidad de las eventuales pérdidas. El socio trabajador sólo soportaría pérdidas de forma voluntaria. Los beneficios se reparten según un porcentaje preestablecido. Es una fórmula de financiación que implica altos niveles de riesgo para el banco. Se usa principalmente en sectores de elevado componente tecnológico como el aeronáutico.

Ijarah. Es una forma de financiación no propiamente islámica y muy utilizada en occidente. El banco compra el activo para su posterior alquiler, inicialmente no existe la opción de compra. Si existe la opción de compra hablaríamos de Ijarah wa aliqtinae.

Cuenta Corriente: El depositante tiene disponibilidad total del dinero, y el banco cobra una comisión por el depósito.

Cuenta de Ahorro: Puede depositar su dinero en cuentas sin ningún tipo de remuneración o participar en  alguna almusharakah, con los riesgos implícitos antes descritos.

Depósito a largo plazo: tienen las mismas características que las cuentas de ahorro, salvo que el depositario no tiene disponibilidad del dinero hasta el vencimiento.
Dada las características de la banca islámica implican ciertas dificultades en su funcionamiento. La captación de pasivo es sin duda el mayor reto al que se enfrentan los bancos islámicos, al no reconocer el uso de intereses, no pueden acudir a los mercados interbancarios tradicionales a completar sus necesidades de financiación. En consecuencia son bancos altamente dependientes de los depósitos de sus clientes. Los depósitos en su mayoría son de menor plazo que el período de recuperación de los activos en los que se materializan, con lo que existen desequilibrios entre la estructura a corto y largo plazo. Asimismo existe cierta reticencia en los depositantes a  asumir el riesgo de posibles pérdidas en la realización de un depósito, cuando existen alternativas libres de riesgo en el mercado tradicional. En conclusión la banca islámica es un modelo en auge, pero que necesitará adaptar la interpretación de las leyes islámicas a su sometiendo de un mercado principalmente no islámico.

Javier Gombao Navarro.
Especialista de comercio exterior en la Oficina Comercial de la Embajada de España en Riad.

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